sábado, 25 de abril de 2015

Criticas a los hipster.


ANÁLISIS CRÍTICO


Christian Lorentzen

Christian Lorentzen de Time Out New York afirma que la metrosexualidad es la apropiación hípster de la cultura gay, como un rasgo que fue dejado desde la fase «emo». Escribe que «esa estética es asimilada, engullida en un repertorio de fines sin sentido, desde que el hípster puede construir una identidad en la forma de un universitario, o una lista de reproducción de música alternativa en un iPod. También emite un argumento en el que afirma que «el hipsterismo hace un fetichismo de elementos auténticos» de todo los «movimientos marginados de los post-guerra —Beat, hippie, punk,skin, incluso grunge», y se dibujan «tiendas culturales de cada etnia no mezclada» y del «estilo gay,» y que «lo regurgita con un guiño nada auténtico». Afirma que este grupo de «personas de 18 a 34 años», que son principalmente blancos, «han debilitado, despellejado y consumido» todas esas influencias. Lorentzen dijo que los hípsteres, «en su presente personificación en constante viveza» son «esencialmente personas que piensan que son más geniales que América», también refiriéndolo a ellos como «los asesinos de lo estupendo». También critica como la amenaza original de la cultura ha estado abandonado y ha estado reemplazando con «la forma de una agresión de inexacta pasividad llamado sarcasmo.»2

Julia Plevin

En un artículo de Huffington Post titulado «¿Quién es un hípster?», Julia Plevin argumentó que la «definición de hípster permanece opaca para cualquiera fuera de este círculo altamente selectivo y autoproclamado». Afirma que «el punto principal de los hípsteres es que ellos evitan las etiquetas y ser etiquetas. Sin embargo, todo ellos visten lo mismo y actúan igual, y se conforman en su no conformidad» hacia un «aspecto vintage, sensiblero, cuidadosamente cuidado e icónico».8

Rob Horning

Rob Horning desarrolló una crítica del hipsterismo en su artículo «La muerte del hipster» publicado en abril de 2009 en PopMatters, explorando varias posibles definiciones para el hípster. Reflexionó que el hípster quizás sea la «personificación del posmodernismo como una fuerza gastada, revelando lo que pasó cuando la mezcla y la ironía los cansa como estética», o quizás sea «una especie de punto intermedio cultural permanente en el último capitalismo de carácter mediático, vendiendo fuentes alternativas de poder social desarrolladas por grupos forasteros, exactamente como los «negros blancos» presentado por Norman Mailer realizado para los hípsteres originales y prepeyorativos —negros...» Horning también propone que el papel de los hípsteres quizás sea para «apropiarse de las nuevas formas culturales capitales, entregándolas al mainstream mediático en una forma comercial y desnudando a sus inventores... del poder y la gloria».9 Horning argumenta que «el problema con los hipsters» es la «forma en que ellos reducen la particularidad de cualquier cosa de la que tu quizás seas curioso sobre algo o invertir en el mismo y triste denominador común de cómo lo "genial" es percibido» como «sólo otro significador de identidad personal». Además, argumentó que el «hípster es definido por carecer de autenticidad, por un sentido de retraso para la escena» o la forma que ellos transforman la situación en una «escena tímida, algo que otros pueden estudiar y explotar».

Dan Fletcher

Dan Fletcher, en Time, parece apoyar esta teoría, postulando que las tiendas como Urban Outfitters tienen arraigada una cultura hípster, combinada, estilizada y producida por los medios de comunicación con partes de la cultura mainstream, de tal forma que oscurece sus orígenes, su arte alternativo de permanente fuerza y su escena musical. Según Fletcher, «los hiípsteres se las arreglan para atraer un odio único en su intensidad. Los críticos han descrito al grupo vagamente definido como engreído, lleno de contradicciones y, por último, la muerte final de la civilización del oeste». Elise Thompson, un editor del blog angelino LAist argumenta que «las personas que han venido desde los movimientos punk rock de los setenta y ochenta parecen odiar universalmente a los hípsteres», que ella define como personas vistiendo «modas "alternativas" caras» para ir a los «bares más actualizados, geniales y últimos... [y] escuchar a la banda más actualizada, genial y última». Thompson argumenta que los hípsteres «no parecen suscribirse a alguna filosofía en particular... [o] género particular de música». En su lugar, ella argumentó que ellos son «soldados de la fortuna del estilo» que toman lo que sea mientras sea popular y está en el estilo, «apropiando el estilo» de los movimientos contraculturales pasados como punk, mientras «desechan todo lo que el estilo significa».10

Zeynep Arsel y Craig Thompson

A partir de la obra de Pierre Bourdieu y las teorías de cooptación de Thomas Frank, Zeynep Arsel y Craig Thompson argumentó que para segmentar y cooptar el mercado indie, los medios de comunicación y los vendedores se han dedicado a una «creación de mitos» comerciales y contribuyeron a la formación del discurso contemporáneo sobre los hípsteres.11 Ellos aprobaron este argumento usando un análisis del discurso histórico del término y su uso en la cultura popular basada en el ensayo de Arsel que fue publicado en 2007. Su argumento es que la representación contemporánea del hípster es generada a través de las narrativas de los medios de comunicación con diferentes intereses comerciales e ideológicos. En otras palabras, el hípster es menos que una categoría objetiva, y más que una mitología moderna de influencia mediática, formada ideológicamente y culturalmente que se apropia del campo de consumo indie y finalmente se transforma en una forma de estigma. Arsel y Thompson también entrevistaron a participantes de la cultura indie (DJs, diseñadores, escritores) para entender mejor cómo ellos se sienten sobre ser etiquetados como uno. Sus búsquedas demostraron tres estrategias para la disociación del estereotipo hípster: discriminación estética, demarcación simbólica y soberanía proclamante.


Mark Greif

Mark Greif, uno de los fundadores de n+1 y profesor asistente en The New School, en una editorial de New York Times, declaró que el término hípster es a menudo usado por la juventud de contextos económicos disparejos para lograr una posición social determinada. Se pone en duda la naturaleza contradictoria de la etiqueta, de este modo sus miembros piensan que no son hípsteres: «Paradójicamente, aquellos que usaron el término como insulto fueron los mismos que a menudo tienden a parecer un hípster — ellos mismos visten pantalones ajustados y grandes lentes, se reúnen en pequeños grupos en grandes ciudades, y miran por encima del hombro a modas mainstream y "turistas"». Él cree que la muy citada dificultad para analizar el término se vale de hechos que cualquiera intenta hacer para provocar ansiedad universal, desde que «llamó a todos». Como Arsel y Thompson, él partió de la Distinction: A Social Critique of the Judgement of Taste de Pierre Bourdieu para concluir:

Puedes ver cómo un barrio hípster es una encrucijada donde los jóvenes desde orígenes diferentes, todos juntos, maniobran para sacar ventaja de una posición social. Una estrategia de un subgrupo hípster es criticar a otros como «universitarios graduados en artes liberales con demasiado tiempo en sus manos»; el ataque es nivelado en los niños de clase media alta, quienes se movieron a las ciudades después de la universidad con la esperanza de trabajar en «profesiones creativas». Esos hípsteres son instantáneamente rebajados, embalsados en lugares miserables e ignorados en la jerarquía urbana, pero capaces de usar habilidades de enseñanza universitaria de clasificación, colección y apreciación para generar un cuerpo superior de «cool» cultural.






No hay comentarios:

Publicar un comentario